lunes, 19 de enero de 2015

Gonzalo de Berceo: Introducción a los Milagros de Nuestra Señora

Yo maestro Gonzalvo  de Berceo nomnado
yendo en romería    caecí en un prado
verde e bien sencido,   de flores bien poblado,
logar cobdiciaduero    pora omne cansado.

Daban olor sovejo    las flores bien olientes,
refrescaban en homne   las caras e las mientes;
manaban cada canto   fuentes claras corrientes
en verano bien frías,   en ivierno calientes. […]

Nunca trobé en sieglo   logar tan deleitoso,
nin sombra tan temprada,   nin olor tan sabroso;
descargué mi ropiella   por iacer más vicioso,
póseme a la sombra   de un árbor fermoso. 


 

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